16 de octubre de 2007

Implicación de la Inspección Sanitaria en el Diseño y Control de Procesos Asistenciales: Oportunidad y Necesidad; por Miguel Lorente

La empresa diseñada por el Servicio Público de Salud, en la mayoría de las Comunidades Autónomas, para la prestación de asistencia sanitaria contiene dos modelos claramente diferenciados. Uno, el de la Atención Primaria, con una cultura propia, muy homogénea y horizontal, con liderazgos, incluso orgánicos, emergentes desde la base y con origen histórico puntual y bien definido que se mantiene con cierta estabilidad desde hace 23 años (nació en 1984) con la salvedad de alguna incorporación individualizada de procedimientos de optimización de la gestión (Modelo EFQM o utilización instrumental de las nuevas tecnologías).

Al lado de este, y con una solución de continuidad probablemente traumática, se encuentra la Atención Especializada, con una estructura mucho mas vertical, con algunos liderazgos puntuales emergentes no con base en la cultura de la organización sino en el conocimiento de las técnicas y la capacidad de interacción social. En él impera todavía el individualismo, “el arte”, situación, por otra parte, lógica en una “empresa del conocimiento”.

Tangencialmente a esas estructuras se sitúa la Inspección Sanitaria, alejada y ajena a los procedimientos, en una posición “episcopal”, es decir, que le permite ver por encima de … las actuaciones, pero con una lejanía, entiendo que no casualmente diseñada, que le dificulta asumir las nuevas corrientes culturales y disponer de la plasticidad adecuada para adaptarse y conocer en profundidad qué es lo que sucede en los núcleos operativos internos de las instituciones. En la práctica, tenemos una Inspección Sanitaria trabajando en base a normas legales perfectamente definidas, sólidas y anquilosadas, aplicables a un entorno sumamente dinámico, en el que se producen con suma rapidez cambios que pueden resultar esenciales para la mejora de la calidad de la vida e incluso de la supervivencia de los pacientes, pero que esas normas legales tardaran meses o años en asumir.

Por poner un ejemplo clarificador: en todas las consultas de Inspección hemos recibido a pacientes a los que sus médicos especialistas les han prescrito Micofenolato, por haber sido trasplantados, sin reunir las características necesarias para que dicha prescripción sea legalmente asumible (tratamiento en asociación con Ciclosporina más corticoides) y la mayoría hemos recibido llamadas de los propios médicos explicándonos la profunda preocupación por el resultado del no visado de esa prescripción en la salud de los pacientes y la lentitud de la vía del Uso Compasivo y su carácter de excepcionalidad. Este es un asunto cotidiano de la Inspección que plantea a mas de uno problemas de conciencia. Pero es que la cosa todavía es más complicada, pues según recientes investigaciones, entre ellas el estudio Symphony con más de 1.600 pacientes, el Micofenolato puede tener efectos muy favorables a corto plazo pero adversos a largo plazo, afectando la función renal. Esto, de acuerdo con las declaraciones del Dr. Fritz Diekmann, de la Unidad de Trasplante Renal del Hospital Clínic, en el 13 Congreso de la Sociedad Europea de Trasplante de Órganos, recientemente celebrado en Praga.

Hay otros muchos ejemplos clarificadores de que la Inspección Sanitaria debe estar integrada en los ámbitos directos de la toma de decisiones operativas, aportando su conocimiento técnico pero también su capacidad de moderación y objetividad. En resumen, tenemos actualmente una excepcional oportunidad de utilizar con eficiencia unos recursos sumamente útiles que deben situarse próximos e integrados funcionalmente en los núcleos operativos, conociendo sus culturas y actitudes y generando sinergias que serán muy útiles para conseguir el objetivo común de una asistencia sanitaria de la máxima calidad.

Jesús Miguel Lorente Almenara es Médico Inspector de la Consejería de Sanidad de Madrid, Máster en Gestión Hospitalaria y especialista en Radiodiagnóstico.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Es de agradecer tanto a Jesús Miguel Lorente, como a la Presidencia de AISSMA, que se mantenga un foro de discusión técnica sobre los problemas cotidianos de la Inspección.
El encuadre de la situación que hace el Dr. Lorente es creo que muy acertada, pero me lleva a reflexionar que escribí algo parecido hace más de 20 años, cuando aún siendo residente estudiabamos mediante encuestas cuantitativas y cualitativas el antiguo sistema sanitario del INP.
Sin entrar en batallitas, no sé cual es el motivo que ha impedido que la Inspección "esté integrada en los ámbitos directos de la toma de decisones operativas" o aunque me lo imagine, prefiero seguir pensando que es posible conseguir la integración de la inspección, que obviamente será útil para todos

Anónimo dijo...

No puedo estar de acuerdo con lo que manifiesta Miguel Lorente. Ni tampoco con el comentario de Jesús Rodríguez. Eso de "integrarse en los ámbitos directos de la toma de decisiones operativa" se llama, en términos claros y sencillos, "gestionar". Es decir, lo que nos están proponiendo es que nos convirtamos en gestores. Porque la alternativa, es decir, que nosotros tomemos la decisión y sean otros los que ejecuten tal decisión no parece ni muy posible ni tampoco muy aceptable.

Anónimo dijo...

Creo que lo que acertadamente se dice, o al menos así lo entiendo yo, es que las decisiones técnicas o político tecnicas, han de contar con el asesoramiento previo y formalmente instituido de quien sabe, además de por su formación, por su experiencia "a pie de obra"
y desde luego esa es la Inspección de Servicios Sanitarios
JLRN

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