Profesionales de la Administración y Gestión Sanitaria: Hospitales (C. Málaga) y Atención Primaria (N. Ramos)
Como continuación de la línea editorial iniciada el mes pasado por la revista electrónica e-RAS, de nuevo se publican "en abierto" otros artículos que han sido creados para el Debate Virtual sobre “Los Profesionales de la Administración y Gestión Sanitaria en España”, del que ya nos hicimos eco en este Blog en noviembre y diciembre del año pasado.
En esta ocasión los autores escriben desde el punto de vista de la Gestión Hospitalaria, en el caso de nuestro compañero (Médico Inspector) Carlos Málaga Tello, especialista en dirección y gestión hospitalaria con una dilatada carrera, desde Subdirector y Director Médico hasta Gerente, en seis hospitales diferentes. Y desde la perspectiva de Atención Primaria, a cargo de Natalia Ramos Díaz, Médico de Familia, ex Gerente de este nivel asistencial en el que ha desempeñado casi todos los puestos de responsabilidad de la escala directiva.
Gestores Hospitalarios, de Carlos Málaga
Con una estructuración muy didáctica, el artículo parte de reflexiones sobre la existencia del propio objeto de estudio como: «Yendo de la síntesis al análisis, ¿existe realmente una profesión, un oficio (que alude a un bagaje de conocimientos) de director, administrador o gestor de instituciones hospitalarias?. ¿Está definido un cuerpo de doctrina para esa profesión?; es decir ¿existe un “quantum” mínimo de conocimientos y habilidades para ejercerla?. ¿Está regulada?, ¿se otorgan títulos o acreditaciones para su ejercicio?».
Sin duda, el autor se ha documentado profundamente y ha cuantificado la dimensión del colectivo estudiado, desde aspectos como su carga de trabajo: «Siguiendo esta aproximación intuitiva, y con la misma referencia, cada directivo sería responsable de la gestión de 25,3 camas, alrededor de 80 trabajadores, de los cuales 15 serían médicos y de una producción de 830 altas y un gasto de casi 5 millones de euros.». Y, también, desde un punto de vista histórico, cuando describe que «en el año 1963 había en España 2.554 directivos (34 por cada 1000 trabajadores hospitalarios), frente a los 6.211 (12 por cada 1000 trabajadores) de 2006, lo que supone un incremento, en términos absolutos, sólo del 143% en esa serie temporal tan grande (43 años).». Deduce, contrariamente a la presunción común, que «En términos relativos, parece claro pues, que el número de directivos ha decrecido en relación con el resto del personal hospitalario, hecho aún más significativo si consideramos el obvio incremento de la complejidad en la gestión del mundo hospitalario desde esas fechas a la actualidad.».
Como presentación de una enumeración de siete problemas del personal de gestión en los hospitales, cita como raíz principal la «deficiencia de profesionalización. Es necesario acotar de alguna manera lo que entendemos por profesión directiva o de gestión sanitario-hospitalaria para promover su profesionalización.». Y los describe como: «1.-Inexistencia de un marco mínimo de requisitos de formación para el ejercicio profesional. 2.-Inexistencia de una carrera profesional del directivo sanitario. 3.-Inexistencia de un marco claro de responsabilidades y funciones. 4.-Falta de autonomía de gestión en la toma de decisiones. 5.-Inexistencia de un sistema claro de acceso a puestos de dirección hospitalaria. 6.-Irrupción de la política en la gestión sanitaria de los hospitales. 7.-Falta de cultura de gestión en la empresa hospitalaria».
Y, a su juicio, considera como posibles soluciones las siguientes propuestas: «1.-Definición de puestos directivos y de gestión hospitalarios. 2.-Definición del perfil profesional idóneo en puestos directivos y de gestión hospitalarios. 4.-Establecimiento de un sistema de evaluación directiva orientado a resultados. 5.-Definición de la carrera profesional del personal de gestión hospitalario».
Concluye que «hablar de problemas del personal de gestión y administración sanitaria en nuestro país, supone hablar de profesión directiva sanitaria y de la necesidad de profesionalización de la gestión sanitaria, en nuestro caso hospitalaria. Para comenzar a resolverlos hay que empezar por reconocer la existencia misma de la profesión directiva y exigir e impulsar este reconocimiento por el mundo sanitario y sus agentes.».
Creemos, en definitiva, que es una excelente reflexión cuyo original recomendamos leer.
Gestores de Atención Primaria, de Natalia Ramos
El artículo de Natalia rezuma el sentimiento esperable de quién ha visto nacer, crecer y transformarse al modelo de Atención Primaria, a través del tiempo y de las perspectivas de los diferentes niveles de responsabilidad, desde Médico de base y Coordinadora hasta Directora Médica y Gerente.
Recuerda como «los programas de salud establecidos inicialmente en los diferentes Equipos de Atención Primaria tenían un carácter “localista” y carecían de criterios homogéneos que permitieran comparar y evaluar las intervenciones.»
«La planificación y la gestión de los recursos, hizo necesario la creación de una estructura directiva a nivel de Área. Paralelamente a la creación de las gerencias se desarrollaron programas de formación de directivos con el fin de profesionalizar a los gestores.», donde despuntaron la Escuela Nacional de Sanidad y la Escuela Andaluza de Salud Pública.
Expone que en el Insalud, se instauró en 1993 la “Administración por Objetivos”, estableciéndose objetivos organizativos anuales en cada Área de Salud. Y, posteriormente, los sucesivos conceptos gestores del "Contrato- Programa", luego denominado "Contrato de Gestión". «Se introduce así un estilo de dirección participativa por objetivos, que va creando toda una cultura de valores en la organización.». En la cual, «se produce una primera fase de descentralización de la gestión a las Gerencias de Atención de Atención Primaria, con una previsión posterior de descentralización en los Equipos de Atención Primaria.»
«Se puede afirmar que el Contrato de Gestión favoreció una madurez organizativa, un estilo de dirección participativo por objetivos, una mejora continua en los sistemas de información y el desarrollo de una contabilidad de costes, siendo el punto de encuentro entre gestores y profesionales asistenciales.»
También considera que los instrumentos incentivadores de los últimos años, desde las "transferencias sanitarias", de tipo retributivo fundamentalmente «no han dado los resultados esperados. Las cuantías económicas no han sido motivadoras y no siempre han medido resultados individuales ni niveles de responsabilidad.». Se tiene la sensación de que se hacen planes de mejora que no se cumplen y que se percibe una situación de crisis creciente con un nuevo resurgir del hospitalocentrismo.
Quiénes se hayan sentido interesados, con esta breve reseña, en la lectura del original pueden hacerlo aquí.
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