En este otoño difícil, en Madrid tenemos remansos de paz y emoción con exposiciones bien interesantes.
El Hermitage en El Prado;
la Arquitectura en la pintura, en el Thyssen; y
Aleksandr Deineka, “Una vanguardia para el proletariado”, en la Fundación March. Además de estas, tenemos en el
CaixaForum una antológica sobre Delacroix que es de la que hoy os voy a hablar.
Muchos de los cuadros de la exposición no solo tienen su
cartelito con los datos del cuadro, su técnica, su fecha y de donde proviene, sino que también aparecen anotaciones y comentarios que ayudan a comprender y a saber más sobre el pintor y su obra. Esta es sin duda una buena idea.
Cartel de la antológica de Delacroix en CaixaForum Madrid
Ferdinand-Victor-Eugène Delacroix, nació en
Paris en
1798. Su padre era un diplomático que por esas fechas parece ser que padecía algún tipo de problema en sus genitales y que tras una intervención quirúrgica le impedía
“el ejercicio normal de las funciones sexuales”. Durante esa época uno de los visitantes habituales del salón de la familia Delacroix era el
príncipe de Talleyrand y por su protección posterior al pintor así como, parece ser, su parecido físico, se rumoreó que Eugène era hijo natural de Talleyrand (el amigo/enemigo de
Fouché y como él, superviviente a la Revolución, a
Napoleón y a la nueva monarquía). En todo caso, Delacroix sintió la rápida muerte de sus padres y fueron sus hermanos y abuelos quienes le facilitaron un
aprendizaje artístico dentro de los parámetros clasicistas del momento liderados por David e Ingres. Pero poco a poco los fue abandonando influido por su amigo Garicault y, quizás a pesar de él mismo, llega al romanticismo definido por el propio pintor como
“la libre manifestación de las impresiones personales y el rechazo del clasicismo”.
Viaja a
Inglaterra, expone en los Salones de
Paris, conoce a todos los intelectuales de su época y establece una buena amistad con
Chopin y
George Sand de la que reconoció haber sido
amante…, “como todos”.
En sus últimos años es consejero municipal en París, rechaza los
movimientos revolucionarios de 1848 y acoge favorablemente la restauración del Imperio.
Falleció por algún problema laríngeo en París en
1863.
Pero vamos a pasar ya a comentar la exposición del
CaixaForum. Se trata de una
gran antológica realizada en
colaboración con el Louvre. Yo solo
comentaré los cuadros que me han llamado la atención y que aún recuerdo y que quizás os anime a visitarla.
La primera sala acoge
dos autorretratos estupendos pero que realmente no pude ver con tranquilidad porque se abalanzó un grupo guiado al que sin duda había que adelantar si queríamos ver el resto de la exposición con tranquilidad. Luego hay tres cuadros seguidos del mismo personaje,
“Aspasia”, con distintos fondos rojizos, verdosos o negruzcos del que sobresalen los blancos de las ropas de la gitana. Enfrente, algunos desnudos en pequeño formato, de mujeres no muy perfectas en su dibujo pero sí en el color y el movimiento recordando a
Rubens y a futuros cuadros impresionistas de la misma temática.
Retrato de Aspasia
Recuerdo también
“El Duque de Orleans mostrando a su amante”, cedido por el Thyssen.
Louis Aragon explicó la situación: el duque era amante de Mariette, esposa de su chambelán, a quien se la muestra desnuda pero ocultando su rostro y él fue incapaz de reconocerla.
Luego aparecen
cuadros y bocetos en los que Delacroix muestra su admiración e inspiración por
Goya. No paséis de largo sin revisar
“La confesión publica”. Mirad las caras de los religiosos, las luces, las manchas de color de los hábitos…
El Duque de Orleans mostrando a su amante
En otra sala anterior hay magníficos cuadros como el
retrato de Louis-Auguste Schwiter, con el que viajó a Inglaterra y conoció la obra de Turner, o el de Leon Riesener, moderno y romántico a la vez.
A continuación se van sucediendo distintos
cuadros de batallas y los
cuadros del viaje a Marruecos. Efectivamente, en
1832 participa en una misión diplomática ante el Sultán de Marruecos y viaja allí pasando por
España donde
“todo Goya palpitaba a mi alrededor”. Son cuadros interesantes donde
el color y la luz reinan sobre la figuración y con los que entramos en la vida cotidiana, sin duda idealizada y plena de búsqueda del exotismo oriental tan de la época.
San Sebastián curado por Santa Irene
Otra sala recoge cuadros sobre el
mito de Medea cuando, enfurecida por haber sido repudiada por Jasón, mata a sus dos hijos pequeños. Hay también otro cuadro, de
San Sebastian (además de santo, icono gay), en una disposición del personaje nada habitual en su iconografía.
De las últimas salas recuerdo el
“Tasso en el manicomio”,
“Las bañistas” cuyo paisaje recuerda a los de Corot y no os olvidéis de las llamaradas rojas del
“Esbozo de la casa de los leones”.
Acuarela Calle Mequinés
Pero, ya en otra ocasión, comenté que de cada exposición uno descubre cuadros, pintores o historias que realmente son las que le sorprenden y las que la hacen inolvidable. En esta ocasión, para mí, han sido un descubrimiento las
acuarelas del viaje a España y Marruecos, sus cuadernos con anotaciones y dibujos y los cuadros del final de la exposición, de playas y acantilados. Si vais al Caixa, acordaos de esto que os digo.
Acercaos bien a los cuadritos. Mirad los dibujos rápidos, los colores vivos, su magnífica técnica de la acuarela que le enseñaron sus amigos ingleses. Son cuadros preciosos, cuadros que se alejan de las formas románticas de las pinturas de mayor formato. Quizás obras más descuidadas, menos importantes, solo
apuntes o esbozos rápidos pero, por todo ello, más libres y quizás mas
íntimos y personales.
Finalmente, para concluir el paseo, si tenéis hueco y tiempo,
sentaros frente a las pantallas táctiles y jugad con puzles, músicas, historias y personajes relacionados con Delacroix, su obra o su época. Es perfecto para introducirse en el mundo del pintor, un mundo de viajes, de escritores y músicos, el mundo de la
Europa de la primera mitad del siglo XIX.
Enlace para visita virtual a la exposición
Fernando Mena Babiano es (Médico Inspector, en excedencia), responsable de la Dirección Médica de la Unidad de Control de I.T.C.C. de la Mutua Fraternidad-Muprespa.