Muerte Digna en Cine Premiado; por J Morán
«La Dama y la Muerte»
La verdad es que no fue hasta hace poco, a primeros de febrero, por una noticia del diario El País que tuve conocimiento del cortometraje «La Dama y la Muerte». Y enseguida me interesó más gracias a los comentarios de Rafa Bravo y Sergio Minué en sus respectivos blogs. Así que, por esa razón (y por Buenafuente), el 14 de febrero de 2010, fui uno de los que siguieron con gusto la gala de los «XXIII Premios Goya». Y esa misma noche recogí en nuestro Twitter el celebrado “premio al Cortometraje de Animación”.
Aunque con más retraso que los citados blogueros, a los que sumo a Aitor Guitarte, no quiero dejar pasar la ocasión de dedicar unas líneas a este excelente trabajo del dibujante granadino Javier Recio de la productora Kandor Moon, resultado de la fusión de Kandor Graphics (que ganó el Goya de animación en 2009 con «El Lince Perdido») y la productora de Antonio Banderas, Green Moon.
Días antes de la gala el propio Javier Recio reconocía que: «Soy hijo de médicos, y estoy muy concienciado con la importancia de una muerte digna». Y el resultado de su trabajo, «La Dama y la Muerte», es una gran historia animada española ganadora de un Goya y candidata a los Oscars, en contra del encarnizamiento terapéutico. La forma en que se ha tratado el difícil concepto de la muerte digna es una mezcla magistral de dulzura, realismo, sentido del humor y una gran técnica cinematográfica.
Por lenguaje cinematográfico y por estrategia comercial (eliminación de costes de doblaje), el corto es mudo pero la universalidad de sus imágenes y el estupendo acompañamiento musical transmiten toda la emotividad del mensaje. Creo que es evidente mi admiración por esta producción, pero lo mejor es que los lectores se animen a verla y juzguen por si mismos, son sólo algo más de 8 minutos, que hacen desear una mayor duración. ¡Y mucha suerte para los Oscars!
Más información:
Web oficial del cortometraje.
Web oficial de los Oscars, nominado en Short Film (Animated).
«Las Alas de la Vida»
La actualidad del cortometraje citado me ha recordado la oportunidad perdida, hace casi dos años, de comentar otra gran obra cinematográfica: «Las Alas de la Vida». Así que creo justo reparar aquella falta y aprovechar esta ocasión que me brinda el presente para hacer una reseña de este documental en el que se recogen los tres años de empeoramiento evolutivo de la salud del Médico de Familia vigués, afincado en Mallorca, Carlos Cristos, a causa de una enfermedad neurodegenerativa (atrofia sistémica múltiple).
Reconozco que me emocionó verla en TVE-La 2 el 18 de abril de 2008, al tiempo que me admiré del valor moral de Carlos Cristos, que incluso intervino en el coloquio posterior a su emisión (en el que también participó el entonces Ministro de Sanidad, Bernat Soria), mediante un mensaje grabado. Al cabo de una semana, el 26 de abril de 2008, fallecía su protagonista. Creo de interés leer la crónica que publicó el diario El País dos días después.
A lo largo de la hora y media que dura la película, Carlos reflexiona junto con sus amigos, compañeros médicos e investigadores, sobre las vivencias y los grandes temas asociados al final de la vida. Sin tratamiento sintomático ni causal posibles, “la resignación y la aceptación son racionalmente la mejor estrategia, contribuyendo a no añadir frustraciones y decepciones innecesarias a las que ya encaramos los míos y yo”, aseguró el protagonista de esta historia real que aborda con objetividad los temas relativos al fallecimiento. El director acompañó con su cámara, durante tres años a Carlos Cristos, ofreciéndole la posibilidad de hablar con naturalidad del “testamento vital”, los cuidados paliativos o la muerte digna.
La narración evita los aspectos anecdóticos y morbosos que rodean la situación personal del enfermo. Por el contrario, el paciente se convierte en “excusa” para que expertos médicos comuniquen mensajes sencillos y positivos pero científicamente rigurosos. Como dijo el propio Carlos, “el objetivo es ayudar a otros a reflexionar y enfrentarse mejor a algo que nos implicará a todos, finalmente, en primera persona”.
El director Antoni Canet afirmó haber aprendido de esta experiencia que “el final de la vida puede y debe ser confortable”. También dijo que “sólo el enfermo que recorre el último tramo de su camino puede decidir qué es para él la buena vida y la buena muerte. Todos los demás debemos reconocer su libertad como primordial y último derecho individual”. Ambos, director y protagonista, coincidieron en que “no se trata de una película de alguien que desea morir, sino de alguien que lucha por vivir y reconoce que la muerte es una etapa más de esa vida, consagrando su último esfuerzo a que dicha muerte tenga la mayor dignidad”.
A su nivel, este documental también fue reconocido con diversos premios, como se recoge en su sitio web. Para quienes tengan el deseo de ver el documental, a continuación se ofrece una selección de escenas en dos partes de unos siete minutos, tal como figura alojado en YouTube por el Dr. Bonis. Espero que lo aprecien como yo lo hice, en todos los sentidos. En el siguiente enlace puede accederse a la emisión completa original: presentación + documental + coloquio (algo más de 2 horas).
«Las Alas de la Vida», parte 1.ª
«Las Alas de la Vida», parte 2.ª
José M.ª Morán Llanes, Médico Inspector, Máster en Salud Pública y Presidente de la AISSMa.
2 comentarios:
siempre he pensado que durante lso estudios de Medicina se nos debía enseñar a apoyar al paciente, sobre todo en el momento de la cercanía de su muerte. Aunque esta Sociedad pretenda obviarlo la muerte nos acompaña cada dia desde nuestro nacimiento, y cuando su presencia se asocia con dolor y angustia, es cuando los sanitarios, médicos y enfermeros son realmente necesarios. El debate abierto en España es escaso y muy sesgado, quizá películas como la premiada, nos ayuden a entender que, incluso la muerte, se puede tratar en clave de humor
Gracias por la mención ;)
Las alas de la vida me pareció un relato apasionado sobre la (des)esperanza y sobre todo esa frase de Carlos Cristos - si es posible, con una sonrisa.
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