Estadísticas Peculiares de la DG de Atención Primaria de Madrid
El pasado 7 de diciembre de 2009, el diario La Razón publicaba un artículo titulado “El 13% de los madrileños acapara la mitad de la atención primaria”. Creemos que es una estadística peculiar tanto por la exclusividad de la misma (no consta en ningún otro medio, incluida la propia web de la Consejería de Sanidad, ni ha sido difundida dentro de la organización), por los datos que en la misma se recogen, como por las extraños comentarios que sobre ella se hacen.
Según la información expuesta, los datos se refieren al periodo Noviembre 2008-Noviembre 2009, en el cual 4,68 millones de los 6,3 millones de ciudadanos que tienen derecho a asistencia sanitaria en Madrid hicieron uso alguna vez el pasado año de los centros de salud, generando 33,2 millones de consultas. De esos 4,68 millones de usuarios, un 47 por ciento acudió a su médico de familia seis o más veces al año. En concreto, un 26 por ciento lo hizo entre seis y diez veces, y un 21,5 por ciento por encima de las diez veces.
Si no se añade otra información (perfiles de edad, morbilidad o personal de asistencia), son datos de frecuentación que no dicen mucho, aparte de parecer suponer una crítica de que los madrileños van mucho al médico y que algunos incluso abusan. No se sabe si son ancianos con necesidad de curas o controles especiales; o crónicos que tienen que ir cada mes a por recetas porque no se aplica la posibilidad de dárselas para 90 días como permite la regulación de la prestación farmacéutica. Incluso podría tratarse de trabajadores de baja cumpliendo con su obligación de recoger partes semanales de confirmación.
Pero lo más ridículo de todo es la absurda deducción que se expone a continuación: «Las estadísticas de la Dirección General de Atención Primaria de la Comunidad de Madrid, a cuyo frente está Patricia Flores, revelan que, en líneas generales, hombres y mujeres solicitan cita de forma similar con su médico de atención primaria. Sin embargo, esta igualdad de sexos se altera en el tramo de edad que va desde los 14 a los 64 años.»
Es decir, que la diferencia sólo se da (Hombres, 63%; Mujeres, 76%) cuando ambos sexos están en la etapa de la vida en que son plenamente diferentes fisiológica y patológicamente, existiendo además un mayor número de acciones preventivas para mujeres. Resulta evidente que por debajo de los 14 años las diferencias de sexo aún no han culminado y además son los padres quienes deciden por los niños y niñas, sin que intervenga la decisión de éstos en una frecuentación equiparable. Y las diferencias vuelven a disminuir en la tercera edad (>65), porque ambos sexos comienzan a igualarse en achaques, aunque existan variaciones en su morbilidad. ¡Cuánta sagacidad analítica y obviedad!
Esperemos, al menos, que esta extraña e inútil estadística no sea de esas que se contratan a precios de “pólvora real” con la constelación de consultoras que pululan en el entorno de la Consejería de Sanidad de Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario